Maracaibo (Edo Zulia). 28/08/1912 – Maracaibo (Edo. Zulia) 01/01/1971
Considerado el primer gran campo corto venezolano, la velocidad fue lo que le llevó a destacar en la posición 6. La práctica del béisbol en la mañana y el fútbol por la tarde fue de gran ayuda para potenciar sus habilidades. Jugó en las décadas del 30 ,40 y 50 del siglo XX.
Considerado el primer gran campo corto venezolano, la velocidad fue lo que le llevó a destacar en la posición 6. La práctica del béisbol en la mañana y el fútbol por la tarde fue de gran ayuda para potenciar sus habilidades. Jugó en las décadas del 30 ,40 y 50 del siglo XX.
Se formó en las filas del Atléticos BBC en Maracaibo. En 1929, Ernesto (su hermano) junto a varios de los jugadores del club Atlético BBC, con el cual militaban, fundan el club Los Muchachos, que posteriormente le ponen el nombre de Gavilanes, el club que sería el estandarte de la familia y donde vivió sus más grandes hazañas y logró la idolatría de la afición zuliana. Para 1931, los hermanos Aparicio son contratados por el equipo Lucana BBC en Caracas. Luis jugaba como jardinero central y Ernesto lo hacía como campo corto. En el año 1932 jugó con el Valdespino. La leyenda de Aparicio empieza a tomar forma en 1934 cuando fue contratado por el Licey en la República Dominicana, convirtiéndose en el primer pelotero venezolano contratado por un equipo extranjero en la historia, o sea, el primer pelotero internacional de clase. Ese año regreso a Venezuela y jugó con el equipo Concordia, propiedad del hijo del dictador venezolano Juan Vicente Gómez. En el 38 y 39 juega con el Valdez junto a Héctor Benítez “Redondo”, José Pérez Colmenares entre otros. Durante la década de los 40 compartió su juego en la Liga Central con Magallanes (1943, 44, 45, 46), Vargas (1940, 1946-52), y Gavilanes 1953-54, ante la falta de pelota profesional en el Zulia.
Aparicio deleitó con sus jugadas a la fanaticada del Zulia durante casi 22 años como pelotero activo en la Liga Central de Caracas y la Ligas del Zulia. Tras su retiro pasó 16 años dedicado a la enseñanza del béisbol como coach (Tiburones de la Guaira) y manager (primer manager de las Águilas de Zulia 1969) hasta su muerte el 1 de enero de 1971. Su honradez fue traducida en el terreno de juego a dar lo mejor de sí, física y mentalmente. Esa honradez lo llevó a elevar el nivel del béisbol en su región y el país. La misma que mantuvo durante toda su carrera su hijo Luis que lo llevo a Cooperstown e inspiró a una nación.
